Resumen de dolencias y repercusiones
El SÍNDROME DEL INTESTINO IRRITABLE, más conocido como “colon irritable” es una enfermedad que se caracteriza por la existencia de dolor en la zona abdominal y del bajo vientre, gases e hinchazón abdominal, además de cambios tanto en el intestino como en el tránsito intestinal (diarrea y/o estreñimiento).
2. ¿Qué síntomas puede presentar un afectado? ¿Cómo se manifiestan?
Afecta a más mujeres que a hombres, y aunque puede presentarse en cualquier edad, normalmente los síntomas comienzan en la etapa adolescente o durante los primeros años de la vida adulta. Tienen más posibilidades de desarrollarla aquellos pacientes que tienen otras patologías intestinales o también enfermedades psiquiátricas.
Puede deberse a una previa infección intestinal a causa de parásitos o bacterias, aunque generalmente tiene su origen en alteraciones del sistema nervioso y de la carga hormonal que pueden provocar que los intestinos estén más sensibles, debidas sobre todo a situaciones estresantes.
Algunos de los síntomas del síndrome de intestino irritable son:
– Dolor abdominal, de tipo cólico y punzante
– Hinchazón
– Calambres
– Gases
– Distensión abdominal y meteorismo
– Cambios en los hábitos intestinales
– Cambios en el aspecto de las deposiciones
– Nauseas
– Dolor de cabeza
– Fatiga
En términos generales el síndrome de intestino irritable no tiene una sintomatología muy grave por lo que no tiene para la persona afectada unas repercusiones muy severas. Sin embargo, en supuestos en los que revierte cierta entidad, pueden aparecer complicaciones severas con consecuencias muy relevantes, como podría ser el sangrado rectal, la anemia, vómitos inexplicables y dolor persistente, que limitarían en gran medida la capacidad funcional del paciente.
El síndrome de intestino irritable es, en la mayoría de ocasiones, compatible con actividad laboral normalizada. Si la persona afectada tiene síntomas más graves, es posible que sus capacidades funcionales se vean limitadas, con restricciones como disminución del rendimiento físico y mental, debido a los dolores de cabeza, las náuseas o la anemia, dificultades para bipedestación o sedestación prolongadas, si tiene calambres y cólicos intestinales persistentes.
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