Nuestra clienta tras llevar arrastrando unas bajas prolongadas y verse muy impedida para incorporarse a su trabajo, el de auxiliar de enfermería, decidió contratar nuestros servicios e intentar obtener una incapacidad.
Tras la negativa en vía administrativa por entender que, sus dolencias no alcanzaban el grado suficiente de disminución de su capacidad laboral para ser constitutivas de una incapacidad permanente, logramos que los tribunales le dieran la razón y le reconocieran la incapacidad justificándolo en que su cuadro de dolor generalizado y fatiga es una sintomatología que le impide, desempeñar su profesión con eficacia y rendimiento.
Nuestra clienta tiene, ahora, una pensión vitalicia, por ser mayor de 55 años, del 75% de su base reguladora tras la el reconocimiento de su incapacidad por fibromialgia.
Si tienes un caso similaro o no sabes como recurrir tu sentencia, completa este formulario y uno de nuestros letrados se pondrá en contacto contigo lo antes posible.
¿Te quedan dudas sobre cómo proceder para conseguir tu pensión por incapacidad?
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