Nuestro cliente acudió a nosotros ante la imposibilidad de volver a ejercer su profesión habitual por haber sufrido un accidente no laboral con resultado de fractura espiroidal tibioperonea derecha.
El cliente presenta: Agudización de la patología isquémica crónica de MMII, con revascularización de la extremidad el 6 de octubre de 2018; posteriormente presentó infección de la osteosíntesis por la que tuvo que ser intervenido el 11 de septiembre de 2019, con extracción de material de osteosíntesis en tibia derecha. Persiste dolor con uso de bastón inglés a la marcha y limitación funcional de tobillo derecho.
Expusimos el caso ante el Juzgado de lo Social, donde resultaron acreditadas las secuelas y las repercusiones sobre las tareas de un trabajo habitual que implica altos requerimientos biomecánicos sobre las extremidades inferiores, y las secuelas de dolor y limitación de la movilidad del tobillo limitan de manera significativa su capacidad para conducir; además, la patología isquémica tiene contraindicada la sedestación prolongada, por lo que se le reconoció la pensión por incapacidad permanente en su grado de total con carácter vitalicio por accidente no laboral en vía judicial.
En la actualidad nuestro cliente es beneficiario de la Incapacidad Permanente Total y recibe una pensión de carácter vitalicio.
Completa este formulario y uno de nuestros letrados se pondrá en contacto contigo lo antes posible.
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