
La salud mental es igual de importante que la física y también puede ser causa de una incapacidad. Aunque sea menos habitual, si uno tiene la defensa legal óptima puede defender su caso ante el Instituto Nacional de Seguridad Social o, en caso de fallo, frente a un juzgado.
Uno de los casos más sonados fue el de una profesora que alegó sufrir una depresión severa para pedir una incapacidad permanente. Sin embargo, esto se trata de un hecho objetivo ya que la trabajadora se tiene que someter a una revisión médica para ver si finalmente necesita acogerse a una incapacidad.