Nuestro cliente, operario de la industria láctea, estaba en situación de incapacidad temporal.

Necesitó de nuestros servicios ya que a pesar de que el INSS le había dado el alta médica por supuesta mejoría no podía desempeñar su trabajo. Ante tal imposibilidad, fue despedido.

Formulamos la demanda ante el Juzgado de los Social de Oviedo quién falló a nuestro favor, frente a la negativa del INSS a reconocer las limitaciones de nuestro cliente. 

Conseguimos que la empresa reconociese que se trataba de un despido improcedente y fue indemnizado por ello.

A través de la vía administrativa conseguimos una resolución estimatoria de incapacidad permanente total en un 75% de la base reguladora. Posteriormente, reclamamos la incapacidad a través de la vía judicial consiguiendo así, la incapacidad permanente absoluta ya que está inhabilitado para llevar a cabo la mayoría de oficios con un mínimo de profesionalidad y eficacia.

Gracias a esto, percibe anualmente catorce pagas de su pensión de Incapacidad permanente absoluta, el 100% de su base reguladora sin tributación en el IRPF.